En “Zona de dolor,” Eltit ubica el cuerpo –su cuerpo— en el centro de esta resignificación política y social: se corta y quema la piel antes de ir a un burdel donde lee partes de su novela “Lumpérica.” Su cuerpo mortificado refleja el herido cuerpo nacional y establece un vínculo entre el individuo y el colectivo, entre lo privado y lo público, exponiendo su carácter físico, sus palabras y su voz en comunión con el espacio que existe al borde de las estructuras sociales. En la última parte del video, la voz de Diamela Eltit la acompaña mientras lava la acera frente al burdel, logrando colapsar las fronteras entre las palabras de su novela, su cuerpo y el espacio habitado por las “mujeres públicas.” Eltit no sólo altera el espacio de la transacción sexual definida por género sino que también propone una poderosa reflexión sobre la posible localización de la “zona de dolor” en un momento histórico marcado por la tristeza y la injusticia.
Diamela Eltit es una reconocida artista de performance, novelista y crítica cultural de origen chileno. Ha recibido numerosos premios y nombramientos, entre ellos la beca Guggenheim en 1985. Participó en el Colectivo de Acciones de Arte (CADA), un grupo de artistas activistas chilenos que utilizaban el performance para desafiar la dictadura de Pinochet y ha sido una presencia importante en el periodo posterior a ésta, al participar en publicaciones como La Revista de Crítica Cultural. Eltit ha hecho contribuciones importantes a la teoría feminista por medio de su trabajo como artista y como crítica, así como a través de sus colaboraciones en debate feminista. En el 2000 publicó "Emergencias: Escritos sobre literatura, arte y política," un libro de ensayos que reúne parte de su crítica literaria y cultural. Su obra narrativa incluye: "Lumpérica" (1983), "Por la patria" (1986), "El cuarto mundo" (1988), "El padre mío" (1989), "Vaca sagrada" (1991), "El infarto del alma," con la fotógrafa Paz Errázuriz (1994), "Los vigilantes" (1994), "Los trabajadores de la muerte" (1998), "Mano de obra" (2002), "Puño y letra" (2005), "Jamás el fuego nunca" (2007), y su trabajo más reciente, “Impuesto a la carne” (2010). Diamela Eltit fue una de las colaboradoras más importantes de la “Escena de Avanzada,” tanto por su participación individual como por su trabajo en CADA. El objetivo era realizar “intervenciones en la vida cotidiana” destinadas a interrumpir y alterar las rutinas normalizadas en la vida urbana diaria de los ciudadanos por medio de una subversión semiótica que descontextualizará y reestructurara semánticamente el comportamiento urbano, sus lugares y sus signos.